En estado de insolencia

forges011107Ya estamos curados de cualquier espanto. Se nos hace hasta cotidiano. Que en España hablar sale muy barato ya se sabía pero que se haya normalizado tal grado de descaro es el reflejo de una permisividad pasiva como sociedad que da buena cuenta de por qué estamos como estamos. Hace escasos días en un alarde de intelectualidad Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, quiso vestirse de Kant en ‘Crítica de la razón pura’ y salió esto de su boca: “Tanto Twitter y tanta opinión… Hay gente que viene a pedir ayudas al Ayuntamiento para comer y resulta que tiene una cuenta en Twitter”. Esta perla la suelta una persona elegida para desempeñar un cargo público de representación de la población que con esta cita para enmarcar, por anecdótica y simple que parezca, desprende un mayor trasfondo. Lo que está diciendo es vosotros, los parias, dedicaos a sustentaros y a sobrevivir como podáis que para opinar ya estamos nosotros. Esa señora, por llamarle de algún modo, fue la misma, sin embargo, que no dudó en vanagloriarse de ofrecer 28 nuevos puntos de wifi gratuitos en la ciudad y que, a buen seguro, se autocalificará como demócrata de toda la vida.

En la esfera política abundan los casos donde la impunidad de las palabras se pasea como una constante. Entre los numerosos ejemplos permanecen como destacados en mi memoria una serie de auténticas delicatessen: Frente a las penurias económicas citadas por Esperanza Aguirre o por Guillermo Collarte pasándolas “bastante canutas”, cobrando más de 5.000 euros, se presenta Eduardo Zaplana y su “estoy en política para forrarme”, la gestión de los momentos importantes con Ángel Acebes  y “ha sido ETA y quien diga lo contrario es un miserable”, Mariano Rajoy y sus “hilillos de plastilina” o José Luis Rodríguez Zapatero de visionario con “es probable que lo peor de la crisis haya quedado atrás” y las cuatro fantásticas con María Dolores de Cospedal al mando con “los votantes del PP pagan la hipoteca aunque tengan que dejar de comer”, Ana Botella de segunda capataz con “los mendigos son una dificultad añadida para la limpieza de Madrid”, Carmen Calvo con su habilidad de la transparencia ya que “el dinero público no es de nadie” y Rosa Díez y su poder de transformación con “hay que regular el derecho a huelga”. Al final va a resultar que lo mejor es refugiarse en la filosofía de José Blanco: “Estamos mal pero menos mal que estamos”.

También los hay en el campo de la información los que se presentan como defensores de la libertad de expresión. Su defensa, en nombre de la bandera del periodismo, sin embargo, se reducirá conforme al mantenimiento de unos valores para no alterar el status quo y a la libertad de expresión, sí, de su capital. El auténtico tótem es Francisco Marhuenda aunque no sé si siquiera calificarle como periodista. Dejémoslo en vocero. Un tipo que en una entrevista pregunta con tono insidioso “si usted no tuviera trabajo, ¿preferiría estar en paro o tener un minijob?” demuestra no tener el mínimo de decencia periodística. Otro que tal baila y nunca mejor dicho es Federico Jiménez Losantos, comunista reconvertido a conservador recalcitrante, que un día se le ocurrió soltar en el aire con el tono de la canción María Isabel esta versión: “La valla estaba repleta, por eso yo la salté, y luego poli de Ceuta me ha invitado a canapé. Cógete pañuelo, póntelo, vamos para España, que da pensión”. Tan respetuoso como Carlos Herrera, que definió a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca como “cuadrilla de energúmenos”, como Carlos Cuesta, ese moderador modélico lanzando bolígrafos a los invitados para que estos se callen o como Eduardo García Serrano y sus calificativos poéticos de “puerca, guarra y zorra repugnante”. Cabe nombrar también a los responsables de las principales cabeceras ya sea Pedro J. Ramírez y su teoría de la conspiración sobre el 11M, que ya podía dedicar los mismos esfuerzos a pedir una investigación sobre la Transición donde se la colaron al pueblo español, o al sincero Juan Luis Cebrián clamando que “no podemos seguir viviendo tan bien” mientras se embolsa un sueldo anual de 8,2 millones de euros más variables. Para el final el trío peligroso de los ángeles de Charlie en versión periodística integrado por Carmen Tomás con “Los negros de Zimbawe, pues este año no reciben dinero”, Cristina López Schlichting como curandera de la homosexualidad en su programa e Isabel Durán con “El Gernika de Picasso es un ataque a la libertad”. Un ataque nos da a nosotros cada vez que tenemos que escuchar sandeces como éstas.

No sólo con las palabras se habla, los símbolos también expresan. Que se lo pregunten si no a los miembros de Nuevas Generaciones Jurado fotografiados en actitud fascista, los cuales no recibirán sanción alguna por su actitud ejemplar. Su presidenta nacional, Beatriz Jurado, eso sí, ha calificado de “bochornosa e indignante” la campaña que, según afirma, se está haciendo contra su grupo. Lo dice ella, que es muy de “entender a los del 15M, claro, pero más de trabajar que de gritar” mientras varios efebos de su organización se ríen en la calle de un señor estafado por las preferentes. Más que Nuevas pertenecen más bien a las Viejas Generaciones a tenor de declaraciones de responsables de su propio partido como Jaime Mayor Oreja y su “¿Por qué voy a condenar el franquismo si representaba a la mayoría de la sociedad?” o “si durante el franquismo hubo condenados a muerte fue porque se lo merecían” del alcalde de Baralla (Lugo), Manuel González Capón. En otros países frases y actitudes como éstas son incompatibles con ejercer un puesto político de representación pública ya que para entender la democracia como democracia hay que declararse antifascista. Así, mientras la bandera republicana ondeaba el pasado fin de semana en París como recuerdo de liberación de esa ciudad de la ocupación nazi, aquí se hacen homenajes a la División Azul. De lo que no tendrán dudas si se te ocurre sacar los pies del tiesto de su discurso uniforme será de hacerte merecedor del apelativo de perteneciente a la extrema izquierda y a los grupos antisistema cuando los más antisistema existentes son ellos pero esas prácticas que suelen utilizar se conocerán con el nombre de “chiquilladas”.

Fin de la cita

3ca085724b67d0578fcfb8d406d632cdHoy entrada variada con el top semanal, que las citas dan para mucho y más cuando se leen completas (aunque vayan entre paréntesis):

Principio de la cita – Mariano Rajoy: “Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que no la merecía”… Aunque le defendiéramos a capa y espada y dijéramos que nadie podría probar su culpabilidad, aunque hasta hace meses cobrara del partido y aunque le mandara mensajes de ánimo, a mí no me constan los sobresueldos. Bárcenas es la encarnación única del mal, nosotros siempre somos transparentes. FIN DE LA CITA.

Principio de la cita – El Gobierno aprueba un crédito de 877 millones para pagos de Defensa… Lo siento ciudadanos pero tendremos que hacer recortes en sanidad, educación, prestaciones por desempleo y pensiones aunque dijera que eran líneas rojas porque así lo impone la realidad. ¿Por qué este gasto militar extraordinario? Hay que defender la unidad de la nación. Gibraltar español. FIN DE LA CITA.

Principio de la cita – Un pederasta español, indultado en Marruecos a petición del CNI… La mediación del rey viene explicada por la posibilidad de Daniel Fino Galván formase parte en el pasado del servicio de espionaje español. Tanto una cosa como la otra nada tienen que ver con el indulto porque en este país siempre ha imperado e imperará la igualdad. FIN DE LA CITA.

Principio de la cita – La infanta Cristina se traslada a vivir a Suiza… No saber nada de lo que hace tu pareja, que la Fiscalía se oponga a tu imputación, que se equivoquen trece veces con tu Documento Nacional de Identidad… No sean malpensados, todo es casualidad y errores. FIN DE LA CITA.

Principio de la cita – Francisco Marhuenda: “Voy a intentar ser objetivo”… No entiendo las risas. Lo soy al igual que lo es La Razón que, aunque su enfoque sea conservador, monárquico y católico, siempre puede presumir de una objetividad meridiana, sobre todo, en sus portadas. FIN DE LA CITA.

Principio de la cita – El FMI recomienda a España bajadas de sueldo del 10% para aumentar el empleo… Los suyos, digo, no el mío de 380.000 euros. Creemos que aunque reconociéramos errores notables en la gestión del rescate a Grecia estas medidas, que pueden ser parecidas, sí que funcionarán en España porque Spain is different. FIN DE LA CITA.

Principio de la cita – El Estado español no recuperará los 36.000 millones de euros prestados a la banca… Esto directamente, que es una de las noticias del año, que no aparezca en televisión y en la gran mayoría de medios no vaya a ser que se revolucione el personal ya que dijimos que se devolvería el dinero. No es una crisis, es una estafa, digo, no es una estafa, es una crisis. FIN DE LA CITA.