Crónica de un desencuentro anunciado

778253-tyler_durden_largeTyler Durden: The Ultimate Minimalist

*Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (o no)

Por las calles de Cacique Village iba él caminando con su cuaderno azul bajo el brazo hasta que llegó a su destino. Ahí se erguía imperial. La sacrosanta sede del Partido Gaviota. Una vez atravesada la puerta con sensor de movimiento, preguntó por la celebración de la rueda de prensa del diputado. “A la derecha”, le contestaron en primera instancia. La misma secretaria de recepción levantó de nuevo la cabeza y, tras su detección de rayos X en la mirada al individuo que osó traspasar la línea, le comentó al mismo: “Espera un momento”. La llamada telefónica producida a continuación buscaba confirmar la presencia del sujeto peligroso. Tirando de literatura, lo cierto es que nunca hubo un desencuentro más anunciado.

Confiado e irreverente a lo Tyler Durden, mantenía el tipo en aquel compás de espera. Una compañera de profesión pasó por delante de él la cual sí accedió al lugar sin restricción alguna. “¿Por qué a ella no le decís nada y a mí me tenéis aquí esperando?”. Entonces descendió las escaleras una de las responsables del Partido. Su cara delataba que no iba a repartir amor por mucho San Valentín que fuese. “Tú no estás convocado así que fuera de este lugar”, le espetó la afable mujer. “Yo vengo aquí facultado como periodista”, replicó él enseñando su carné de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España. Al instante siguiente de que ella respondiera que esa identificación le daba exactamente igual, un miembro de seguridad privada le expulsaba a empujones hacia la salida del sagrado lugar que había osado perturbar con su osadía el hereje.

Una vez ya en el exterior, desde el Partido Gaviota, siempre velando por la justicia, se encargaron de llamar a la Policía Nacional para esclarecer la trama del escabroso asunto. Mientras se producía la llegada del cuerpo policial al sitio, el robusto hombre de seguridad afirmaba que eso era un ente privado y qué él estaba realizando el trabajo que le mandaban. “El problema es que yo también trato de hacer el mío y quienes te ordenan son responsables públicos que no dan la cara y se encargan de silenciar lo que les resulta molesto”, rebatió el blasfemo.

Al poco rato llegó un inspector que, tras solicitarle sus datos personales y una conversación de veinte minutos, relató que era la primera vez que tenía un incidente de ese tipo y levantó un parte de intervención recomendando al malhechor que cursara una denuncia a través del Colegio de Periodistas si así lo estimaba oportuno. Esa escena la presenció también otra periodista con la cual mantuvo una charla posterior en la que, entre otras cosas, el tipo más buscado del Lejano Oeste le comentó que escribía un par de veces al mes en un medio digital, lo cual no significaba que acudiera a la rueda de prensa enviado por dicho medio sino que asistía a título individual. Ya sea porque no se explicó con la suficiente claridad o porque la otra persona no le entendió del todo correctamente, eso originó una pequeña confusión más tarde en las redes (tras la publicación de una nota) que lo que fue es eso, confusión. Lo importante era otra cosa.

La centralidad de todo aquello, que arrojaba, por otro lado, que era más difícil acceder a la comparecencia de Honrado Escolar que fugarse de Alcatraz, era la pugna entre aquellos que privatizan la información y quienes la entienden como un derecho democrático básico. Igual no tenía nada que ver, no piensen ustedes mal, pero el protagonista involuntario de este sainete en forma de prosa iba a preguntar sobre la muerte de varias personas en Ceuta cuando intentaban cruzar la frontera con el diputado hablando en los días previos de “políticas que garantizan los derechos humanos” así como de la concentración en la que dicho periodista participó en la tarde del jueves frente a la sede del PG, el cual, en un acto de transparencia sin límites, apagó la luz de su establecimiento y bajó una verja para impedir la entrada de una ciudadanía que siempre obtiene respuestas claras por parte de sus representantes. A pesar de su apariencia de derrota por no haber podido entrar y las posteriores acusaciones de querer “reventar el acto”, aquello tenía aroma a victoria. No se trataba de la suya en particular sino que eso era el pequeño triunfo por el miedo que destila el poder desenmascarado ante la incomodidad que supone el periodismo.

La indecencia nuestra de cada día

20090406elpepivin_1*Publicado en Rioja2.com

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo… Y ahí debió producirse un cortocircuito místico porque quien ocupa las alturas espirituales no nos dio el pan de la oración y en su lugar parece que dispuso la indecencia que lo preside casi todo. Y eso a pesar de la bienaventuranza de quienes tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Pobre Señor. Encima que ni está presente, le echamos la culpa.

Será defecto de marca española al estilo 14N en Logroño cuando a dos de los encausados se les acusa de desórdenes públicos y atentado contra la autoridad. Uno se encontraba desplazándose a su centro de trabajo situado a 50 kilómetros de la ciudad tras el fin de la jornada de huelga. El otro, con su peligrosa pancarta en la mano y previos empujones y arrastres por el suelo policiales, estaba ya detenido cuando se produjeron los altercados. Para ambos la Fiscalía pide varios años de cárcel. No, la culpa no es de Dios. La culpa es de quienes gobiernan y se creen dioses.

En el Olimpo de la indecencia reciente son visibles las figuras de Carlos Cuevas, secretario general del Partido Popular de La Rioja, y de Ana Elvira Martínez, gerente del mismo, declarando en la Audiencia Nacional. Más raudos que Usain Bolt se personaron en la sede judicial a las 9:15 (estaban citados a las 10:00). Es casi la misma velocidad con la que te mandan a Cuba cuando preguntas como ciudadano por esa contabilidad «abierta» para todos y sobre la supuesta financiación ilegal en la compra y las reformas de la sede. Pedro Sanz, el Zeus de la comunidad del vino, zanja el asunto afirmando que los 200.000 euros fueron una «ayuda sin más». Dialéctica divina.

Ya en el interrogatorio, tal y como relató Rioja2, Cuevas negó haberse visto en más de una ocasión con Luis Bárcenas, extesorero de los populares. El juez Ruz, por su parte, le recordó que ambos coincidieron en su época de senadores a lo que Cuevas admitió entonces que alguna vez más se habrían visto. La madre del cordero vendría cuando el segundo espada de la empresa (vestida de partido) de las gaviotas riojana reconoció que fue él mismo quien negoció los préstamos bancarios para realizar la compra de la sede cuando previamente había reconocido que no se acordaba de tales hechos. Medalla de oro a la transparencia. Es el PP o la nada.

Va a acabar resultando cierto que el Partido Popular es un demiurgo de la democracia. Ello explicaría las plagas bíblicas que inflige a la población tales como el Consejo General del Poder Judicial suspendiendo cautelarmente al juez Elpidio José Silva por prevaricación en su investigación al honorable señor Blesa, la subida del Gobierno de la cuota fija de la luz “para ayudar a las familias con hijos” o la implantación de la última reforma laboral, la de la creación de empleo estable, que ha reducido los sueldos un 10% de media y ha abaratado el despido.

En todo ese maremagno sobresale la imagen de los jugadores del Racing de Santander unidos en el campo, formando una piña entre ellos, en un abrazo fraternal de comunión con la afición que les jaleaba desde la grada. No era sólo fútbol, era una metáfora social. Sin cobrar desde hace meses y cansados de las promesas incumplidas, era la renuncia al partido de sus vidas por no ver su dignidad pisoteada. Padre, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Gamonal, eres ejemplo

gamonal

*Publicado en Rioja2.com

Ni Cristiano Ronaldo, ni Messi, ni Ribéry. Por muy extraordinarios futbolistas que sean los tres, el auténtico Balón de Oro, el de verdad, habría que otorgárselo a Gamonal. No, éste no se dedica a jugar en la élite balompédica mundial pero igualmente libra su batalla diaria en el campo. Su terreno de juego se llama calle y su equipo, lejos de individualidades destacadas, lleva la enseña de un conjunto compuesto por iguales unidos dispuesto a pelear hasta el pitido final por el partido a sabiendas de que el rival de enfrente es de los poderosos. No es cosa de goles. El asunto es de voluntad popular. Es el enriquecimiento de unos pocos frente a la necesidad de unos muchos. En dicho combate es esa organización del vecindario para estar permanentemente en activo mediante asambleas, reuniones tácticas y acciones con la implicación de la juventud estudiantil, con la entrega de los trabajadores y con el afán de las personas mayores (varias de ellas invitando a caldo a los allí presentes para combatir el frío) es lo que le da sentido a todo. Vivirlo es respirar aroma de barrio. Respirar aroma de lucha. Respirar aroma de pueblo.

No se trata únicamente de la oposición a la construcción de un bulevar (que dejaría la mayor vía de tránsito con un carril de ida y otro de vuelta cuando en la actualidad son cuatro) en la calle Vitoria con un aparcamiento subterráneo privado donde ahora aparcan gratis que saldrá a razón de más de 19.000 euros por cada plaza que además no será en propiedad sino en régimen de alquiler por 40 años. Todo eso es la última gota de algo que viene desde años atrás con prácticas de corrupción urbanística que han venido repitiéndose en el tiempo por parte de quien maneja realmente los hilos. No es el precio de una plaza de garaje sino que lo que está en juego es la soberanía, la decencia, la democracia. Quienes han dicho basta y se han levantado contra ello se les ha tachado de «grupos violentos itinerantes» a pesar de que el propio Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha asegurado que la práctica totalidad de los detenidos son vecinos sin antecedentes penales. «Los únicos de fuera son los antidisturbios» claman en el barrio ante lo más parecido a un toque de queda nocturno con detenciones arbitrarias, acusaciones sin fundamento de prueba y cargas indiscriminadas relatadas a través de crudos testimonios. Por todo ello lo que se pide en Gamonal es la paralización de las obras, la libertad y absolución de los detenidos (se habla de unos 50) y el fin de la impunidad policial. Qué pedigüeños esos violentos.

Que en esta materia la manipulación por parte de las grandes empresas de comunicación iba a estar presente no era difícil de suponer. En Burgos hay dos diarios. Uno de ellos pertenece a Antonio Miguel Méndez Pozo, el mismo que impulsa la construcción de la obra citada y que fue condenado y encarcelado por corrupción en los años noventa. El otro es propiedad de José Luis Ulibarri, constructor leonés imputado en la trama Gürtel. No hay duda de que se está hablando de dos personas de lo más honorable. Disturbios, violencia y antisistema son las palabras estrella a las que se recurre. Por desgracia, no sólo en ellos sino también en medios generalistas (llegando al punto de que un ciudadano tuvo que corregir en directo a un periodista que estaba faltando a la verdad) aderezándolo con imágenes de pintadas, piedras y fuego. Qué decir si a continuación de ello hablas de ETA. Casi se ha tratado por igual lo de que de Méndez Pozo apodado como «el jefe de Burgos» es el poder que de verdad manda en complicidad con el gobierno de la ciudad. Ese dicho que afirma que cuando el rico le roba al pobre se llama negocio y cuando el pobre pelea por recuperarlo se llama violencia habría que grabarlo en la sociedad hasta el tuétano. Lo que no se puede es banalizar con el tema. Para comprenderlo basta con seguir su rastro y ver si esa violencia es puesta en práctica por los que provocan la miseria o por los que luchan contra ella. Palabra de Cortázar.

La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, quiso aportar su granito de arena a la causa afirmando que su homólogo de Burgos, Javier Lacalle, «está haciendo muy bien en sus planteamientos y en cómo está actuando». No hay duda de que se referirá a esa ejemplarizante maestría a la hora de escuchar a la ciudadanía. Eso sí, reclamó «un poco de responsabilidad ya que hay actuaciones que nunca se justifican porque llegar a ciertos puntos es injustificable en una democracia». ¿Se referiría a los ciudadanos o a los responsables políticos y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado? Ana Botella, que ocupa un cargo similar a Gamarra en Madrid, despejó la duda calificando lo ocurrido en Burgos como «atentados». Por su parte, Lacalle, tras las protestas de la ciudadanía, anunció la paralización momentánea de las obras «porque no puede garantizar la seguridad de los obreros». Argumentación de hipocresía aparte, el equipo de gobierno pondrá en marcha ahora un «grupo de reflexión» que hablará con todos los partidos y también con las asociaciones de vecinos para tratar de alcanzar «un mayor consenso», que es justo por donde debería haber comenzado. ¡Al fin se acordó de ellos! ¿De verdad era tan difícil?

Lo que representa todo esto es, aún a pesar de la ostentación de la mayoría absoluta en un Ayuntamiento, la distancia entre las instituciones y el común de la ciudadanía. Mal que les pese a muchos, la legitimidad de las urnas (creada para favorecer las condiciones de los dos grandes partidos políticos) hay que ganársela día a día. En un barrio obrero donde afecta gravemente el desempleo o se cierran guarderías por aquello de que no hay dinero, parece que, sin embargo, sí que lo hay para llevar a cabo una obra de millones de euros la cual va a ser encargada a una empresa que ni era la más solvente ni la más barata en el concurso público. This is Spain. Es el intento de lucro a manos llenas interesado de una minoría que condena a la mayoría pero donde esa mayoría se ha plantado y se ha empoderado en un movimiento unitario de lucha para enseñar los dientes porque «la calle es de Burgos, no Burgos de Lacalle».

«Que se levanten, que el resto sufre igual que lo hacemos nosotros y, si lo hacemos sólo nosotros, no conseguiremos que todo esto cambie», reclamaba un vecino. Esa llamada ha tenido su respuesta. De momento se sucederán las concentraciones de apoyo a su lucha en diferentes ciudades de la geografía española en los días sucesivos (en Logroño el miércoles 15 de enero a las 19 horas en la Plaza del Mercado). Tras esta pequeña victoria, la contienda sigue en un proceso de definición y de intensificación de objetivos. Ver a bancos (que no a comercios), culpables de la estafa, blindándose es hacerles sentir por momentos el miedo que ellos aplican a diario cuando se desahucia o se engaña a la gente para quedarse con sus ahorros. El mobiliario urbano y que haya unos pocos que rompan unas lunas de una sede bancaria les importa entre cero y nada. Lo que temen de verdad es el contagio del espíritu de rebeldía, de quien no se calla, de quien no permite que se le trate como mercancía. Porque estos días Burgos tiene mucho que ver con Coppola: ¿Hueles eso? ¿Lo hueles, muchacho? Es Gamonal, es el rugir de la dignidad del pueblo. Nada en el mundo huele igual.