La victoria de la derrota

elecciones-europeas-2014*Publicado en Rioja2.com

Mañana de resaca y eso que el domingo no probé una gota de alcohol. Es lo que tienen las elecciones, que te dejan la cabeza tan martilleada con tanto torrente de datos como si hubieras ingerido cuatro ron cola de una sentada. Uno se perdía en el colegio electoral con tantas papeletas (39 en total) entre las que elegir que ni encontraba los sobres. Estuve por preguntarle por los mismos a uno de los múltiples apoderados del PP que se encontraban en el sitio pero igual daba lugar a segundas interpretaciones así que los busqué por mi cuenta aventurándome a lo Indiana Jones para depositar el voto en unas elecciones europeas teñidas para casi todos con una victoria con aroma a derrota.

El Partido Popular ha ganado las elecciones y lo ha pregonado a los cuatro vientos, sí, pero saben que han perdido algo más que ocho eurodiputados tal y como prueba que no hubiera ni celebración en Génova. Es eso o que quizás no hayan querido sacar más votos para no abusar de su superioridad intelectual al estilo Cañete. Hay quienes, sin embargo, esperaban un desplome mayor visto su gran currículum en esta legislatura con su transparencia sin igual y lo bien que le va a la ciudadanía por la senda cacareada de la recuperación. No estaría de más que fuera obligatorio razonar en cinco líneas el argumento del voto sólo para constatar que en el país de los ciegos el tuerto es el rey.

El otro gran perdedor de los comicios es un PSOE que va camino de la pasokización como en Grecia reconociendo con caras compungidas los malos resultados obtenidos. Por primera vez entre PP y PSOE suman menos de la mitad (un 49%) dejándose cinco millones de votos a dividir por barba. De visir tengo poco pero esperé para redactar el artículo porque se intuían movimientos tras unas elecciones que se cobran su primera víctima en la persona de Rubalcaba. Ahora vendrá la operación lifting para decir que vuelven a ser de izquierdas aunque, eso sí, se unirán al PP en Europa. No olviden nunca a Krahe: «Lo que antes ser muy mal, permanecer todo igual y hoy resultar excelente».

Izquierda Unida está de enhorabuena por haber triplicado sus escaños demostrando así el aumento del espectro social adherido. Sería un error que cayeran en el triunfalismo si quieren aspirar a más ya que, a pesar del incremento, tienen mucho sobre lo que reflexionar porque si bien han hincado el diente, se aguardaba que mordieran con más contundencia. Buena parte de sus militantes se han dejado la piel para que no fueran sólo seis al Parlamento Europeo pero otros no han querido por conformismo estratégico, no han sabido por falta de audacia o no han podido porque el enemigo sigue siendo grande. Si se sacuden sus complejos y tienen ambición, se postularán para ganar. Si no, optarán como máximo a ser terceros.

En estas votaciones se ha dado el acrecentamiento de partidos que son lobos con  piel de cordero pero ha habido uno que ha roto para bien el enunciado anterior de ganar perdiendo. Lo de Podemos ha sido la gran sorpresa de una victoria con todas las letras. El grupo encabezado por Pablo Iglesias ha leído a la perfección las reglas del juego a lo John Stockton entendiendo que no sólo el miedo tiene que cambiar de bando sino que también tiene que hacerlo la ilusión. Habrá que ver sus próximos pasos porque ya ha empezado la campaña de desprestigio con declaraciones, fruto del temor, como las de Carlos Floriano o Rosa Díez. Ahora entran en escena muchas más cosas que una persona en un debate televisivo pero si su irrupción fulgurante se debe a algo es al contagio de su convencimiento de triunfo.

A la vista de unos resultados como estos donde la circunscripción era de carácter único, se hace fácil de entender porque tanto PP como PSOE se niegan a modificar la Ley Electoral en España. El bipartidismo puede estar herido pero no ha firmado el acta de defunción. Como dice Beiras, los dos grandes partidos están derrotados socialmente pero falta vencerlos políticamente puede que a través de un frente inclusivo con todas las fuerzas transformadoras de los de abajo que no sea una simple sopa de letras sino una puesta en común de mínimos para trabajar en un nuevo proceso constituyente.

Lo digo siempre. No vale sólo con votar y olvidarse de la política pasadas las elecciones creyendo que ya se ha cumplido sino que lo fundamental es organizarse y participar día a día en el/los ámbito/s que se considere. Ahora bien, el derecho a voto, con todo lo que costó conquistarlo, también es una herramienta importante de rebeldía ante los poderosos. Estos comicios han sido un aviso pero si el Atlético ha podido romper la hegemonía del Madrid y el Barça esta temporada creyendo y trabajando, aquí también se puede con una alternativa de cambio que puede llegar el año próximo para remover los cimientos de este injusto y desproporcionado status quo del sistema.

En estado de insolencia

forges011107Ya estamos curados de cualquier espanto. Se nos hace hasta cotidiano. Que en España hablar sale muy barato ya se sabía pero que se haya normalizado tal grado de descaro es el reflejo de una permisividad pasiva como sociedad que da buena cuenta de por qué estamos como estamos. Hace escasos días en un alarde de intelectualidad Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, quiso vestirse de Kant en ‘Crítica de la razón pura’ y salió esto de su boca: “Tanto Twitter y tanta opinión… Hay gente que viene a pedir ayudas al Ayuntamiento para comer y resulta que tiene una cuenta en Twitter”. Esta perla la suelta una persona elegida para desempeñar un cargo público de representación de la población que con esta cita para enmarcar, por anecdótica y simple que parezca, desprende un mayor trasfondo. Lo que está diciendo es vosotros, los parias, dedicaos a sustentaros y a sobrevivir como podáis que para opinar ya estamos nosotros. Esa señora, por llamarle de algún modo, fue la misma, sin embargo, que no dudó en vanagloriarse de ofrecer 28 nuevos puntos de wifi gratuitos en la ciudad y que, a buen seguro, se autocalificará como demócrata de toda la vida.

En la esfera política abundan los casos donde la impunidad de las palabras se pasea como una constante. Entre los numerosos ejemplos permanecen como destacados en mi memoria una serie de auténticas delicatessen: Frente a las penurias económicas citadas por Esperanza Aguirre o por Guillermo Collarte pasándolas “bastante canutas”, cobrando más de 5.000 euros, se presenta Eduardo Zaplana y su “estoy en política para forrarme”, la gestión de los momentos importantes con Ángel Acebes  y “ha sido ETA y quien diga lo contrario es un miserable”, Mariano Rajoy y sus “hilillos de plastilina” o José Luis Rodríguez Zapatero de visionario con “es probable que lo peor de la crisis haya quedado atrás” y las cuatro fantásticas con María Dolores de Cospedal al mando con “los votantes del PP pagan la hipoteca aunque tengan que dejar de comer”, Ana Botella de segunda capataz con “los mendigos son una dificultad añadida para la limpieza de Madrid”, Carmen Calvo con su habilidad de la transparencia ya que “el dinero público no es de nadie” y Rosa Díez y su poder de transformación con “hay que regular el derecho a huelga”. Al final va a resultar que lo mejor es refugiarse en la filosofía de José Blanco: “Estamos mal pero menos mal que estamos”.

También los hay en el campo de la información los que se presentan como defensores de la libertad de expresión. Su defensa, en nombre de la bandera del periodismo, sin embargo, se reducirá conforme al mantenimiento de unos valores para no alterar el status quo y a la libertad de expresión, sí, de su capital. El auténtico tótem es Francisco Marhuenda aunque no sé si siquiera calificarle como periodista. Dejémoslo en vocero. Un tipo que en una entrevista pregunta con tono insidioso “si usted no tuviera trabajo, ¿preferiría estar en paro o tener un minijob?” demuestra no tener el mínimo de decencia periodística. Otro que tal baila y nunca mejor dicho es Federico Jiménez Losantos, comunista reconvertido a conservador recalcitrante, que un día se le ocurrió soltar en el aire con el tono de la canción María Isabel esta versión: “La valla estaba repleta, por eso yo la salté, y luego poli de Ceuta me ha invitado a canapé. Cógete pañuelo, póntelo, vamos para España, que da pensión”. Tan respetuoso como Carlos Herrera, que definió a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca como “cuadrilla de energúmenos”, como Carlos Cuesta, ese moderador modélico lanzando bolígrafos a los invitados para que estos se callen o como Eduardo García Serrano y sus calificativos poéticos de “puerca, guarra y zorra repugnante”. Cabe nombrar también a los responsables de las principales cabeceras ya sea Pedro J. Ramírez y su teoría de la conspiración sobre el 11M, que ya podía dedicar los mismos esfuerzos a pedir una investigación sobre la Transición donde se la colaron al pueblo español, o al sincero Juan Luis Cebrián clamando que “no podemos seguir viviendo tan bien” mientras se embolsa un sueldo anual de 8,2 millones de euros más variables. Para el final el trío peligroso de los ángeles de Charlie en versión periodística integrado por Carmen Tomás con “Los negros de Zimbawe, pues este año no reciben dinero”, Cristina López Schlichting como curandera de la homosexualidad en su programa e Isabel Durán con “El Gernika de Picasso es un ataque a la libertad”. Un ataque nos da a nosotros cada vez que tenemos que escuchar sandeces como éstas.

No sólo con las palabras se habla, los símbolos también expresan. Que se lo pregunten si no a los miembros de Nuevas Generaciones Jurado fotografiados en actitud fascista, los cuales no recibirán sanción alguna por su actitud ejemplar. Su presidenta nacional, Beatriz Jurado, eso sí, ha calificado de “bochornosa e indignante” la campaña que, según afirma, se está haciendo contra su grupo. Lo dice ella, que es muy de “entender a los del 15M, claro, pero más de trabajar que de gritar” mientras varios efebos de su organización se ríen en la calle de un señor estafado por las preferentes. Más que Nuevas pertenecen más bien a las Viejas Generaciones a tenor de declaraciones de responsables de su propio partido como Jaime Mayor Oreja y su “¿Por qué voy a condenar el franquismo si representaba a la mayoría de la sociedad?” o “si durante el franquismo hubo condenados a muerte fue porque se lo merecían” del alcalde de Baralla (Lugo), Manuel González Capón. En otros países frases y actitudes como éstas son incompatibles con ejercer un puesto político de representación pública ya que para entender la democracia como democracia hay que declararse antifascista. Así, mientras la bandera republicana ondeaba el pasado fin de semana en París como recuerdo de liberación de esa ciudad de la ocupación nazi, aquí se hacen homenajes a la División Azul. De lo que no tendrán dudas si se te ocurre sacar los pies del tiesto de su discurso uniforme será de hacerte merecedor del apelativo de perteneciente a la extrema izquierda y a los grupos antisistema cuando los más antisistema existentes son ellos pero esas prácticas que suelen utilizar se conocerán con el nombre de “chiquilladas”.